martes, 19 de enero de 2010

Uruguay: Se crea el Comité Afrouruguayo por la Reconstrucción y el Desarrollo de Haití












COMUNICADO A LA POBLACIÓN


Ante los luctuosos hechos de público conocimiento que llenan de luto y de dolor al Hermano pueblo de Haití, nostro/as miembros de la comunidad Afrouruguaya queremos expresar en primer lugar nuestro más sentido pésame con los familiares de las víctimas del terrible terremoto del día martes 12 de enero.

En segundo lugar hacemos llegar a las autoridades nacionales y al sistema de Naciones Unidas nuestros votos para que se continúe y profundice la búsqueda de personas sepultadas, así como se amplié la cobertura de atención médica y sanitaria a los miles de personas heridas que deambulan por las calles.

QUEREMOS señalar como marco previo imprescindible para un análisis de las consecuencias de esta tragedia sin precedentes en nuestra América Latina lo siguiente:
• Haití manifiesta hoy como lo ha hecho históricamente la capacidad de la resistencia social y cultural, la fuerza de su identidad, su dignidad de pueblo y su esperanza de poder revertir la situación actual.
• El pueblo Haitiano es acreedor de una inmensa deuda histórica, social y ecológica cuyo reconocimiento y restauración es la base de cualquier posible proceso de desarrollo soberano y vigencia plena de los derechos humanos.
• Conquistó su independencia en 1804, realizando una hazaña sin precedentes e indiscutible a favor de la libertad y la emancipación completa de la humanidad. Su pueblo negro y esclavo, no solo se quitó el yugo colonial sino que mundializó los derechos humanos proclamando la dignidad de todas las personas, siendo la primera nación que abolió la esclavitud que por entonces llevaba 300 años de existencia en América Latina.
• Ayudó luego a los procesos de independencia en toda la región. Pero se quedo sola a la hora de enfrentar la ira y la discriminación de sus ex dueños y futuros regentes.

• En febrero de 2005 este país vio truncada la celebración de sus primeros 200 años de independencia con la inauguración de un nuevo periodo de ocupación extranjera de su amado territorio.

• Ningún pueblo quiere la presencia de tropas extranjeras en su territorio y el pueblo Haitiano no es una excepción. En teoría las fuerzas armadas de las MINUSTAH aparecen como fuerzas de paz cumpliendo una misión humanitaria para las Naciones Unidas pero hasta el momento no se puede demostrar que hubiera algún acuerdo previo entre las partes en conflicto que habilitara y pudiera sustentar la posibilidad de tal mandato.

• Dichas fuerzas fueron y son permanentemente rechazadas por importantes sectores de la población Haitiana.

• Es por lo tanto absolutamente urgente e imprescindible cambiar las fuerzas de ocupación por fuerzas civiles de solidaridad y de reconstrucción, así como por programas para el desarrollo que integren los proyectos, las propuestas y la participación de la sociedad Haitiana.

• Antes del advenimiento de este terremoto la población haitiana vivía una realidad social de CRECIENTE Y MASIVA PAUPERIZACIÓN DE SUS INDICADORES E INDICES VITALES. Solo a modo de ejemplo: en 2004, menos del 40 % de su población tenía acceso al agua potable; el analfabetismo alcanzaba un 45% y solo un 24 % de los partos eran atendidos por personal calificado.

• La DEUDA EXTERNA que la comunidad internacional continua cobrando al pueblo de Haití es, sin lugar a dudas ilegitima. Bajo las circunstancias actuales de muerte y destrucción, atribuibles en gran medida a la herencia histórica de la deuda por la independencia y su más reciente contrapartida de programas de estabilización y ajustes estructurales no hay justificación posible para que la comunidad internacional continué cobrando su libra de carne.

• El principal problema AMBIENTAL en Haití, como en otros países de la región, es la aplicación de un modelo económico donde se evidencia la explotación de los recursos naturales, además del empleo de mano de obra barata por parte de empresas transnacionales, unidas a sus aliados locales sin importar los impactos que estas actividades generan.

• En Haití, la grave situación de explotación y destrucción ambiental ha llegado a niveles realmente alarmantes que requieren ser atendidos y entendidos por lo que son: un verdadero ECOCIDIO cuyas consecuencias para la vida y la cultura del pueblo Haitiano campesino en su mayoría, deben calificarse también de ETNOCIDIO y GENOCIDIO.

• No se ha invertido en el desarrollo de tecnologías limpias descentralizadas y apropiadas según propuestas de organizaciones sociales Haitianas que plantean utilizar el gran potencial energético con el que cuenta el país a partir de la utilización de fuentes como la energía solar, eólica y otras, fuentes absolutamente prodigiosas debido a la ubicación tropical de este país.

EN SUMA; hemos decidido como resultado de estos hechos y de un fuerte proceso colectivo de solidaridad con nuestros hermanos Afrodescendientes en toda América Latina, conformar el capítulo local de articulación; colaboración y trabajo por la reconstrucción y apoyo al pueblo Haitiano.

Dicho grupo de trabajo esta abierto a la amplia participación de personas e instituciones de nuestro medio.

Como acciones a desarrollar proponemos:

1) Establecer entrevistas con organismos públicos y privados a fin de solicitar información respecto de los mejores insumos para ser recogidos y las formas de traslado hacia esa, así como solicitar diferentes colaboraciones.
2) Diseñar un programa de trabajo a corto y mediano plazo que incluya además de la tarea solidaria de recolección de ayuda el abordaje de áreas de trabajo vinculadas con el desarrollo y el conocimiento entre ambas comunidades.
3) Asegurar una agenda de actividades que difundan más allá de lo que dure la cobertura de los medios de comunicación la realidad de este país, informando permanentemente a la población sobre la llegada de la ayuda humanitaria y su posterior distribución. Dentro de estas actividades, se priorizarán aquellas de mayor contenido e impacto.
4) Realizar gestiones y la solicitud ante la cancillería nacional para el traslado temporario hacia nuestro país de personas en situación precaria. Establecer un número de personas o de familias haitianas que puedan ser recibidas por instituciones y/o familias de nuestro medio.
5) Llevar delante de manera colectiva, una ceremonia de carácter espiritual de despedida de los cuerpos de nuestros hermanos haitianos enterrados bajos los escombros y aquellos que por un motivo u otro fallecieron como consecuencia de este terremoto y de la presencia de las tropas de ocupación.
6) Realizar, en fecha y lugar a definir un gran espectáculo artístico solidario con el pueblo de Haití.


Comité Afrouruguayo por la Reconstrucción y Desarrollo de Haití


Fuente: LegadoAfro

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