Entrevista con Dambisa Moyo (National Post).
Dambisa Moyo, nacida en Zambia pero educada en Oxford y Harvard, era una cara de mujer negra poco común en el mundo de las altas finanzas. Ahora, tras la publicación de su libro, Dead Aid, se ha convertido en una voz poco común, fuerte y elocuente que aboga a favor de detener las ayudas económicas para África, como la mejor manera de ayudar al problemático continente. Una idea que contradice a las campañas de las grandes estrellas del rock, a los políticos de occidente y a las asociaciones de intelectuales de golpe. Durante su viaje a Canadá para participar en un expectante debate con Stephen Lewis y otros en el Munk Debate on Foreign Aid, habló con el National Post sobre las ideas y los inconvenientes de oponerse a la ortodoxia de la ayuda internacional externa.
Pregunta: ¿Qué tiene de malo que las naciones ricas compartan sus riquezas con las naciones pobres con el fin de ayudarlas para que afronten sus propios problemas?
Respuesta: No ha habido nunca un país en el mundo que haya alcanzado un crecimiento constante y haya reducido la pobreza de manera significativa con las herramientas de la ayuda internacional externa. Simplemente, no ha ocurrido jamás. Por eso, seguimos impulsando una estrategia sin muestras evidentes de haber funcionado en alguna parte del mundo. Y lo que sí tenemos son años que prueban que la estrategia de ayuda no funciona.
No es más que un incentivo. Debemos, pues, hacernos la siguiente pregunta: ¿Acaso los gobiernos africanos están incentivados para hacer lo que los gobiernos del resto del mundo esperan que hagan, es decir, distribuir bienes públicos como educación, sanidad, infraestructuras y seguridad? Desafortunadamente, el sistema de ayuda lo que ha hecho ha sido permitir que los gobiernos africanos abdiquen de sus responsabilidades… De tal manera que hasta que los gobiernos africanos no vivan o mueran dependiendo de la creación de empleo y de la distribución de bienes a los africanos y no solamente se dediquen a recibir el dinero de ayudas, seguiremos viendo una situación en la que el sector privado no se ha desarrollado y los africanos no tienen oportunidades laborales.
Los miles de millones de euros que van de gobierno a gobierno…hacen que los gobiernos africanos se hagan vagos en lugar de hacer lo que deberían. También la corrupción del petróleo, las guerras civiles por los bidones de petróleo, la inflación, la carga de la deuda, etcétera.
P: ¿Cuál es para usted la mejor solución?
R: Es una mezcla entre comercio, inversiones extranjeras directas, mercados capitales, bonos del mercado, remesas y micro finanzas. Básicamente consiste en fomentar una fuerte inversión en el sector privado hacia esas economías para lograr una creación de empleo. El problema principal con el modelo de ayudas es que no se crean puestos de trabajo para los africanos. Es una solución de ayuda de manera conjunta. Más del 60% de la población de África es menor de 24 años. Esta gente necesita trabajo o tendremos un continente de piratas o de gente joven sin oportunidades. Es de una vital importancia que la gente entienda que los africanos quieren lo mismo que quieren los occidentales.
P: Con el fin de conseguir dinero para ayudar, las fundaciones y agencias de ayuda a menudo utilizan los anuncios televisivos en los cuales se puede ver a gente pobre en zonas completamente destruidas. Es muy difícil que esto pueda inspirar la confianza en que una fundación privada pueda ser rentable como inversión económica.
R: Estoy totalmente de acuerdo y ese es uno de los principales problemas con la cultura del famoseo. El enfoque es muy negativo. En mi libro los llamo los cuatro jinetes del apocalipsis africano. Quieren centrarse en la guerra, las enfermedades, la pobreza y la corrupción. Conocí a una mujer africana en Kenia que decía que es muy difícil criar a un adolescente en cualquier lugar del mundo, pero que criar a un adolescente para que sea un ingeniero o un doctor o para que contribuya a la sociedad global cuando te están diciendo constantemente que eres pobre, ineficaz y que necesitas ayuda de la caridad... Esta no es la fórmula del éxito. Es indignante ver a los famosos, en términos generales, usar sus plataformas para contar básicamente una historia negativa. Esto jamás animará a nadie para que invierta en África.
P: Así que usted recomienda cerrar el grifo. ¿Cuándo, cómo y cuánto se deberían cerrar?
R: Le agradezco que me haga esa pregunta porque he sido completamente tergiversada y, debo decir, creo que deliberadamente distorsionada, sobre todo por la comunidad de ONG. En mi libro doy un ejemplo de cinco años. Sin sentido, las ONG han saltado diciendo que yo sugiero que la ayuda debe ser interrumpida de inmediato o, en el peor de los casos, en cinco años. No estoy diciendo eso. Lo que digo es que necesitamos una estrategia de salida. Puede que la ayuda sólo funcione cuando sepamos que el grifo se cerrará en algún momento. Necesitamos un plan de retirada de la ayuda para asegurarnos de que los gobiernos africanos puedan subsistir sin ayudas. Además, he dicho que los países tienen distintos niveles de desarrollo económico. Mi país de nacimiento, Zambia, está en un nivel muy distinto al de, por ejemplo, Ghana, o Kenia o Somalia. No se puede tener una única estrategia de salida para todos estos países.
P: Se ha hecho mucho en los medios de comunicación oponiendo sus ideas en contra de los famosos, músicos como Bob Geldof y Bono de U2. Hace poco, vimos a Bono sentándose con nuestro primer ministro [el de Canadá] y consiguiendo la promesa de aumentar el gasto de nuestro país para África. ¿Cuál es su postura sobre las acciones que emprenden las estrellas de Rock?
R: Ellos se han convertido en las caras de África de facto. El hecho de que se les vea a nivel global como la gente que define las agendas políticas, que acuden a las cumbres del G8 y del G20, es completamente absurda. Es ridícula particularmente porque creo que el sistema de ayudas ha hecho vagos a muchos gobernantes africanos que han creado una aspiradora en la que todo el mundo –en este caso los famosos- piense que es correcto meterse y empezar a proponer políticas para África.
Nosotros, como africanos y como una sociedad global, deberíamos querer oír de los gobiernos africanos cuál es su plan, cuál es su estrategia. Yo no quiero oír lo que los famosos piensan que deberíamos hacer los africanos así como un canadiense no querría oír lo que opina Michael Jackson sobre la crisis crediticia.
P: No todos los lectores del National Post son políticos por lo que, a modo personal, si alguien en Canadá se sintiera conmovido por la situación de África y quisiera ayudar ¿qué le recomendaría que hiciera?
R: Deberíamos preguntar a nuestros políticos sobre lo que están haciendo…Después de un trillón de dólares en ayudas durante 60 años la situación empeora, resulta totalmente inverosímil. Eso es un rendimiento de inversión muy pobre y nos preguntaríamos esto mismo sobre cualquier otra cosa, sobre cualquier política de negocios en Occidente…
Tengo muchas esperanzas en que si hay una cosa que hace el libro es la de dar permiso para hacer las preguntas duras. Alguien me dijo la semana pasada que uno de los problemas para una persona nacida en Occidente es que si alguien empieza a cuestionar el modelo de ayudas, se les tacha de racistas o se les categoriza como insensibles o sin corazón; y creo que no es justo. Además, hay una página web, http://www.kiva.org, en donde puedes prestar una pequeña cantidad como 25 dólares para ayudar a los empresarios en los países en vías de desarrollo.
P: Su libro se ha convertido en un bestseller del New York Times; la revista TIME la incluyó entre una de las 100 personas más influyentes del mundo; y, sin embargo, hay muchas objeciones a sus ideas. ¿A quién no le está gustando lo que usted dice?
R: El retroceso tiende a venir de un grupo minoritario de Occidente. Las ONG. Algunas ONG, en lugar de debatir sobre esto, prefieren tacharme de maniaca genocida o intentan dar golpes bajos y hacer ataques personales… Entiendo que están muy interesados en mantener el status quo porque es donde tienen su trabajo.
P: Hablando de gente que puede no estar de acuerdo con usted, en Toronto usted debatirá sus ideas con, entre otros, Stephen Lewis, un conocido y apasionado canadiense que aboga por la ayuda africana. ¿Cree que la teoría del Sr. Lewis difiere de alguna manera de la de Bob Geldof o Bono?
R: En términos generales es lo mismo, recolectar dinero para África usando lo que yo llamo una plataforma negativa. Todo lo que digo es que sus intervenciones no afrontan los problemas fundamentales en África.
P: El Sr. Lewis puede hacer aflorar alguna lágrima casi de cualquier ojo cuando habla de los problemas en África. ¿Está nerviosa por enfrentarse a él en un debate público?
R: No, porque hablo desde el corazón. Hablo desde una persona nacida y criada en África. Me rompe el corazón que la gente siga imponiendo un modelo de desarrollo económico que no funciona, aún sabiendo que no funciona. Por eso, creo que el Sr. Lewis aprovecharía mejor el tiempo si realmente hiciera campaña para lograr cosas que puedan de manera considerable hacer mella en la pobreza en todo el continente africano, en lugar de insistir en una estrategia que, en otros 50 años…sus hijos y los hijos de sus hijos seguirán pagando para que mis hijos y los hijos de mis hijos vayan al colegio o tengan acceso a la sanidad. Lo que es completamente ridículo y no es una solución a largo plazo.
Fuente original: National Post, de Canadá. Enviado a AU Monitor por Yves Niyiragira
Publicado en AU Monitor, el 9 de junio de 2009.
Traducido por Thaidi Llamas, alumna del curso Especialista en Información Internacional y Países del Sur, para Fundación Sur.
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1 comentario:
Una opinión muy valiente pero a la vez muy inteligente de esta mujer.
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