domingo, 4 de abril de 2010

La atleta surafricana Semenya rompe su silencio y acusa al organismo internacional regulador de atletismo de infringir sus derechos




31 de marzo de 2010


Caster Semenya, la campeona mundial de 800 metros, ha confirmado que volverá a la competición esta temporada y ha acusado al organismo regulador de dañar su carrera e infringir sus derechos al no hacer públicos los resultados del test de verificación de su sexo.

Rompiendo su silencio el día que fue excluida de participar en una competición local en Stellenbosch, cerca de Ciudad del Cabo, Semenya dijo que los acontecimientos que han sucedido después de su victoria en Berlín, el año pasado, han infringido sus derechos humanos. “Desde mi victoria en la competición femenina de 800 metros en los mundiales de atletismo de Berlín, en agosto del año pasado, he sido objeto de un control injustificado e invasivo de los detalles más íntimos y privados de mi ser”, dijo Semenya, que no ha corrido en competición desde entonces. “Algunas de esas cosas que me han ocurrido han infringido no sólo mis derechos como atleta, sino también mis derechos humanos más fundamentales, como el derecho a la dignidad y la privacidad”.

No se ha prohibido ni suspendido a Semenya por parte de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, IAAF, pero dijo que estuvo de acuerdo en un principio con no correr ninguna carrera hasta que concluyeran los procesos. Sin embargo, la atleta dijo que retiraba su “acuerdo alcanzado de mala gana” de no competir, porque los procesos se han alargado durante demasiado tiempo sin una certeza razonable de cuándo van a terminar”.

Después de estudiar las reglas del organismo regulador y su equipo escuchar los consejos de expertos legales y médicos, que han compartido su información con la IAAF, la atleta dijo que ella “estaba convencida de que no había ningún impedimento para que participase en competiciones de atletismo”.

La IAAF ordenó un test de verificación de sexo después de que Semenya ganase la medalla de oro el año pasado, entre dudas planteadas por sus rivales sobre su espectacular mejora en los tiempos y su complexión muscular, hundiendo a la entonces atleta de 18 años en un frenesí de medios de comunicación y un remolino de especulaciones intrusivas. La surafricana hoy afirma que a su regreso, sus representantes han intentado contactar con la IAAF tres veces, para obtener la información médica que tiene sobre ella y orgnaizar una reunión para sentarse “y discutir lo que parecía algo muy simple”.

Semenya acusa a la IAAF de negarse a hablar con sus representantes y poner a su disposición los detalles médicos y dijo que esto “ha comprometido gravemente su capacidad atlética e ingresos potenciales. Semenya anunció que volvería a la competición esta temporada y estaba en el proceso de identificación de una serie de carreras en consultas con su entrenador, Michael Seme, y sus asesores.

La IAAF al principio se vio obstaculizada en sus esfuerzos por acabar con la polémica, por la hostilidad del organismo regulador de atletismo de Suráfrica, que afirmó con enfado que Semenya había sido tratada injustamente.

Esto cambió cuando salió a la luz que el antiguo jefe de Atletismo de Suráfrica, Leonard Chuene, había ordenado que se llevase a cabo un test de sexo en secreto a Semenya, antes de los campeonatos de Berlín, y que había mentido sobre ello. Fue obligado a dimitir. Pero la IAAF, que está siendo muy criticada por su demora en el asunto, se ha dejado pasar desde entonces varios plazos autoimpuestos, para poner fin al caso de Semenya.

La situación parece haber llegado al máximo punto cuando Semenya se presentó para competir en Stellenbosch, pero los organizadores no la dejaron competir, a pesar de las peticiones de sus abogados y asesores.

El presidente en funciones del organismo surafricano, Ray Mali, ha pedido paciencia a Semenya.

(Mail & Guardian, Suráfrica, 31-03-10)

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