miércoles, 24 de agosto de 2011

Montaño habla a 20 años de haberse editado el libro "entre el apartheid y Nelson Mandela"



SCCPE (Flores – 24.08.2011 / Prensa digital ecosregionales.net) - El libro “Sudáfrica: Entre el Aparthed y Nelson Mandela” catapultó al historiador poronguero Oscar Montaño, porque fue el vehículo con el cual transita todavía el proceso de investigación sobre la participación del colectivo afro en las luchas emancipadoras.

Esa publicación está celebrando sus 20 años, en un acontecimiento que tiene mucha significación para este activista comprometido con el Mundo Afro. Mientras conmemora ese aniversario, Oscar Montaño tiene pronta para ingresar en máquina su próxima publicación: “Trinidad de Los Porongos, desde la Fundación a la Actualidad”. El nuevo libro es removedor y polémico, porque su investigación le permitió llegar a conclusiones muy duras, que contrastan con la “historia oficial” que –como se ha dicho siempre- solo la cuentan “los ganadores”. Montaño instala en esta entrevista con ECOS REGIONALES un debate muy fuerte sobre la figura de Venancio Flores, a quien el departamento debe su nombre. El historiador con documentos en la mano analiza la figura del Gral. Venancio Flores y llega al extremo de plantear la necesidad que nuestro pueblo se aboque a debatir la posibilidad de cambiar de nombre al departamento, porque “no nos hace ningún honor” que lleve el nombre de quien, entre otras cosas, “propendió la destrucción de un país hermano como Paraguay”.

¿Qué implica en lo personal la celebración de los 20 años del libro Entre el Aparthed y Nelson Mandela?
-Primero que nada implica una gran satisfacción. Ingresé a la Facultad con el propósito de ser un historiador y fui dando los pasos en esa dirección, siendo un privilegiado al haber tenido docentes como José Pedro Barrán, Lucía Sala de Tourón, Carlos Zubillaga, Juan Odone, Germán D’Elía que fue quien me acompañó en el prólogo del libro, Gerardo Caetano que era un joven que ya demostraba lo que es, un gran historiador, politólogo, un hombre increíble.

Todo eso me ayudó y mi vertiente afro pudo plasmarse en este trabajo gracias a que estaba como activista en Mundo Afro. Comencé en el 90 y este libro salió en el 91, y ahora 20 años después puedo decir que le debo mucho a “Mandela”, por lo que fue su vida.

Una vez investigado me convencí que esa historia tenía que saberse, tenía que difundirse porque no podía ser que la gente no conociera a Nelson Mandela y el por qué de su prisión de tantos años injustificadamente. Hoy Mandela está vivo, a Dios gracias, cumpliendo un rol extraordinario en su país y en el mundo.

Respondiendo concretamente a la pregunta, este libro significó un enorme paso en mi carrera, que me ha permitido seguir en el mismo camino en esa doble vertiente que poseo, que es investigar lo que tiene que ver con lo afro e investigar lo de mi pueblo.

Han sido dos vertientes que han ido juntas, porque hoy a los 20 años de editado “Mandela” estoy cerrando un nuevo libro que tiene que ver con nuestro pueblo, Trinidad de los Porongos, desde la fundación a la actualidad, que es una serie de seis volúmenes, en un proyecto muy ambicioso.

-¿Qué fue lo que te llevó a investigar con mucha firmeza ese mundo afro?
-Hace unos días tuve un par de conferencias, uno en la Cátedra “Alicia Goyena” que está la Prof. Amalia Irazábal como Directora y otra en el Instituto de Profesores “Artigas”; allí dije que primero soy activista de Mundo Afro porque es lo que marca mi vida. Como activista lo que hago es aportar al conocimiento de la gente lo que el colectivo afro ha brindado al país. Si será importante eso que marca mi vida totalmente.

El aporte que hago es desde este punto de vista, reanalizando la historia, reviendo todo lo que tiene que ver con las diferentes etapas del país desde la visión del colectivo afro; qué participación, qué sensibilidad hubo de los gobiernos, qué fue lo que se aportó desde el colectivo.

No pretendo con esto que sea una palabra indiscutida ni nada por el estilo. Incluso en el trabajo que estoy haciendo en las escuelas también lo planteo así; cuando hablo del colectivo afro, de los indígenas o del artiguismo nunca digo que es la palabra única porque todo se va descubriendo a lo largo de la vida.

La historia como tal no es una palabra sagrada, una palabra santa, sino que tiene diferentes visiones que enriquecen y revalorizan a esa historia. La historia no es una ciencia quieta, no es una ciencia muerta sino que la podemos ver e interpretarla con los ojos de hoy.

-Cuánto ha cambiado ese concepto a lo largo del tiempo… aquello de la historia oficial como la única verdadera.
-Ese concepto sigue estando; las maestras me comentan que muchas veces se tienen que ceñir a lo que dice la historia oficial, y para ellas también es importante tener otros análisis, traer a tierra personajes de esa historia. Por ejemplo hablar de Artigas como una persona y no como un héroe. Artigas fue una persona que tuvo diez años de vida pública que son cien años de una persona común, porque es tanto que uno no lo puede abarcar.

Para hacer el libro Trinidad de los Porongos quería circunscribirme a nuestro pueblo pero me fue muy difícil; ahí estuvo el pensamiento artiguista, Artigas y los indios, Artigas y los negros…

-¿Cuál es la temática de tu nuevo libro Trinidad de los Porongos, desde la fundación a la actualidad que pronto verá la luz pública?
-La misma tiene que ver con la participación de nuestra gente en la gesta artiguista en una primera parte, porque no me dio para hacerlo todo en un primer tomo que tiene unas 250 páginas.

Además hay una temática que siempre fue importante en mis trabajos y tiene que ver con nuestra identidad, con la territorialidad de nuestro sentir como pueblo. Una identidad que tenemos. Somos reconocidos desde hace 210 años como los Porongueros, es decir, tenemos una identidad anterior a lo que fue el término departamento de Flores o departamento de San José.

Esa identidad estuvo siempre circunscripta a un territorio delimitado por la Cuchilla Grande, Arroyo Grande, Arroyo Maciel, Río Yí… esos elementos los trabajo en el nuevo libro para que las nuevas generaciones puedan decir que acá hay una identidad que no fue un invento de Santos ni de Venancio Flores, sino que es algo que viene de una época muy anterior sobre lo que hay que seguir ahondando.

-Todavía sigue creando mucha polémica el cómo y para qué se creó el departamento de Flores. ¿Es saludable ese debate hoy?
-Está muy bien que siga con esa polémica. Yo estoy dispuesto a seguir con la polémica, me encanta además porque esa polémica va a traer claridad en los temas.

Como que hay un mito de que somos un invento, un departamento trucho.

-¿No somos un invento de Máximo Santos?
-En realidad no somos un invento porque nos ampara como pueblo la territorialidad muy anterior a la existencia del departamento como ser político. Somos incluso mucho antes del país, éramos los Porongueros, el partido de los Porongos. Así nos tenían en cuenta en las Cartas Geográficas, en las denominaciones del propio Virrey y Gobernadores tanto de Montevideo como de Buenos Aires cuando hacían alusión a estas tierras.

Estos son elementos que trato de dar en este nuevo trabajo, donde hago reproducción de documentos auténticos con los cuales se va a poder trabajar en las escuelas y en los demás centros educativos.

-Algunos continúan sosteniendo que Flores es un departamento políticamente “mal nacido”. ¿Cuál es tu punto de vista sobre esto?
-Lo que a nosotros no nos hace honor es la denominación, ahí es donde está nuestro punto flaco; el invento y el por qué somos departamento de Flores. Ahí está la contradicción que da pie para seguir discutiendo y polemizando.

¿Por qué?, porque (Máximo) Santos para poder ser elegido Presidente necesitaba ser Senador; para ser Senador divide en dos el departamento de San José para obtener un voto más y así poder llegar a la presidencia. Esa es una situación que nuestra identidad no avala.

-En definitiva quieres decir que es el nombre de Flores –por Venancio Flores- quien no nos hace honor…
-¡Eso es! Deberíamos ver si realmente estamos identificados con ese nombre, si nos sentimos así. Ese es un tema que estoy tirando a la discusión pública, para ver si queremos seguir siendo un departamento con esa denominación.

En el tomo II y en el III del nuevo libro entro a profundizar quién fue Venancio Flores, y cuando se pueda leer vamos a ver que no nos hace ningún honor el hecho que nuestro departamento se denomine con su nombre.

Venancio Flores fue un hombre que fusiló gente. La historia va a decir que este hombre en alianza con brasileros y argentinos fue quien propendió a la destrucción de un país hermano como Paraguay, a la masacre de un pueblo y eso se lo seguimos debiendo a los paraguayos.

Venancio Flores hizo fusilar a gente porque sí nomás en Florida y culpa de Venancio Flores muere fusilado de la peor manera Leandro Gómez. O sea, detrás de este personaje hay una historia que no nos hace ningún bien a los Porongueros.

-¿Sos consciente que esto puede generar un debate muy fuerte y removedor?
-¡Tiene que haberlo! Ya es hora que haya debate en ese tono porque los Porongueros tenemos que sentir orgullo del departamento al que pertenecemos, y ese orgullo siento que no existe.

-¿Cuál es tu propuesta?, ¿qué nombre pondrías a nuestro departamento?
-Podemos ser Las Flores, pero eso lo tiene que decir la gente, yo simplemente doy elementos como historiador. Planteo la inquietud como historiador de este pueblo, siento que debo hacerlo, es más, tengo que hacerlo.

No pretendo tener la palabra exclusiva y tampoco tener la verdad.

-¿Estás planteando una consulta popular?
-Exactamente, pero eso depende de la gente que está en política. Yo no soy político, soy un hombre de la cultura, pero como soy hijo de este pueblo tengo que cumplir con lo que hago como profesional, que es investigar.

-En otro plano, ¿cómo te ha resultado la película “Artigas, La Redota” de César Charlone que también se nutrió de tu investigación respecto al aporte afro en la lucha por nuestra independencia’
-Esa película queda en debe con el colectivo afro. Es una muy buena película, ha tenido una gran respuesta de la gente pero todos los que estamos dentro del colectivo afro no nos sentimos representados.

Aporté mi visión sobre la figura de Ansina pero no sale bien parada en la película. Pienso que es necesario que reivindiquemos a Artigas no por hecho antojadizo de hacerlo, sino porque fue el personaje afro más destacado dentro del artiguismo, y eso no se refleja en La Redota. O sea, Ansina aparece siempre junto a Artigas pero no de la manera que lo hemos planteado.

-¿Quién fue Ansina para el historiador Oscar Montaño?
-Joaquín Lencina –Ansina- fue uno de los colaboradores principales que tuvo Artigas dentro de la gesta artiguista y posterior a ella. Era el líder de las tropas afro, era un payador, un hombre que tenía autoridad dentro de los mandos de Artigas.

Estoy haciendo un relevamiento de lo que fueron los batallones de negros, de pardos, de mulatos y son muchos cientos. Entonces, cuando uno pasa a ver después que en la historia no se ve reflejado eso, que no se habla bien de Ansina sino que se muestra solo cebándole mate a Artigas, pasando a ser como una figura servil cuando era más que un asistente.

Hay un escrito de 1817 donde Artigas dice que la opinión de Ansina era vital para decidir el ataque o no a los portugueses; o sea que era un hombre de confianza, cosa que tampoco se cuenta.

Lo que pensábamos que la película nos iba a dar era eso, pero no sucedió así.

-Hay información que indica que el colectivo afro va a ser reivindicado a través de un cortometraje sobre la gesta artiguista…
-Sí, se trata de un pedido que le hicimos al Director César Charlone en cuanto a que en vista que la película no reflejaba la participación afro, debía hacerse algo para reivindicar su papel en esa gesta.

Hay que tener en cuenta que para la película La Redota se usó un día entero de filmación con cien personas afro, más todo lo que fueron los ensayos y la preparación, y nada de eso se utilizó. Por si fuera poco los extras reciben muy poco dinero.

La idea es que con esa parte que se filmó y no aparece en la película se haga un corto, del que me voy a encargar yo por dictamen del Director Charlone. Ese es un honor y una responsabilidad enorme.

-¿Qué piensas hacer?
-Contar la historia de Ansina y la de Francisco Encarnación Benítez que fue quien más interpretó y llevó adelante el Reglamento de Tierras de Artigas en la zona de Soriano y Colonia. Seguramente cuente esas historias en off con imágenes antiguas, para pasar luego todas las imágenes que se filmaron ese día.

Será una corto que no durará más de 15 minutos, pero en ese tiempo vamos a contar una historia.

Hay que recordar que este es el año de los Afrodescendientes y la pregunta es, ¿cuántas actividades se han hecho a nivel país? Muy pocas. A nivel público no sé si hay alguna, se han hecho seminarios muy limitados para determinada gente, pero es necesario que demos un paso más grande.

-¿Cómo va el trabajo de intercambio con niños y docentes en las escuelas?
-Eso es algo que me tiene muy motivado; con los chiquilines y maestros estamos haciendo un laburo notable. El análisis del pensamiento artiguista lo estamos haciendo juntos y eso es lo lindo.

Está el pensamiento de Artigas en algunas frases que no son muy conocidas, las que tienen que ver con la Justicia, con la participación de los indígenas. Asombra esa sensibilidad que tenía Artigas por los más infelices, los que han sido relegados históricamente. En el Reglamento de Tierras habla de los negros, los zambos, los pardos, los indios y por eso la gente que estaba más acomodada en la sociedad oriental le dio la espalda a Artigas.

Hay algunos que afirman que Artigas fue muy terco. Yo no sé si era terco, más bien creo que era un hombre que creía en lo que estaba diciendo. Todo eso lo analizamos con los chiquilines, lo mismo que su ida al Paraguay.

Se cree popularmente que Artigas se fue al Paraguay a exiliarse y con los niños estamos viendo que se fue a buscar ayuda, fue a buscar a su hermano del alma –Fulgencio Yegros- para traer más gente y seguir la lucha. Como Fulgencio Yegros había sido derrotado por Gaspar Rodríguez de Francia, Artigas no pudo obtener esa ayuda y esa hermandad que anhelaba con el Paraguay, de la misma forma que con todo el Litoral argentino a quien consideraba sus hermanos.

Artigas decía que de lograrse esa alianza “vamos a ser imbatibles”, pero lamentablemente no se pudo dar. Esa es parte de la historia donde uno hace volar la imaginación, pero en el análisis lo que logramos es establecer que no fue a exiliarse sino a buscar ayuda para seguir. Tal vez ahí se puede hablar de terquedad, pero en el sentido de creer en lo que hacía…

La nota ha sido tomada desde: http://www.ecosregionales.net/?noticia=17154 - Legado Afro

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