RAÚL TAVANI
En 1997 brilló en el Mundial Juvenil de Malasia. Uruguay fue vicecampeón, pero el "Nico" Olivera ganó el Balón de Oro, premio al mejor jugador del campeonato. Claro, pasaron 15 años de aquella gesta, pero para el capitán violeta, es como si el tiempo no hubiese corrido. Sigue siendo figura en el Defensor que sorprende. El que le ganó con luz a Vélez en Liniers y el que da pelea en el Uruguayo.
Hoy, con 33 años, mira el fútbol desde otro lugar, mucho más crítico y menos apasionado. Después de la Copa, hace su balance de lo que pasó y habla de lo que vendrá.
"En el triunfo ante Vélez hay que rescatar la actitud del equipo, la entrega, su elegancia para desarrollar el juego, sin importar lo que podía suceder con el resultado en Quito. Intentamos hacer historia, jugamos por la camiseta. Lo importante era salir con la frente en alto, más allá del resultado y cumplimos, pese a quedar eliminados".
Muchas veces se dice, antes de los partidos, que los jugadores están enchufados para afrontar determinado compromiso, pero esta vez Defensor Sporting lo demostró adentro de la cancha: "Cuando un equipo sabe lo que tiene que hacer es difícil que puedan haber puntos débiles. Nosotros fuimos a Buenos Aires con una ilusión, que era ganar, luego si clasificábamos o no, significaba la otra mitad de la película. Fuimos, hicimos lo nuestro, pero la otra parte no se nos dio por el triunfo de los ecuatorianos. Lo bueno es que quedó claro que estamos muy sólidos en defensa y eso le brinda tranquilidad a los volantes y a los delanteros para jugar tranquilos. Hicimos un buen partido ante un gran equipo".
No debe haber sido fácil encarar el último partido con esa exigencia: ganar en Liniers ante Vélez. "Lo hablamos antes del partido, la forma y la manera de encarar el juego, ya que Vélez es un equipo que toca muy bien la pelota y no podíamos desgastarnos corriendo para todos lados. Tuvimos una buena lectura del juego y fuimos solidarios. En este deporte si se juega bien la pelota y además, se le agrega dinámica, y se es solidario para marcar, el éxito siempre estará más cerca".
En el balance copero hay un debe. Aquel debut ante Vélez en el Estadio Franzini: "Ese partido nos tomó en frío y pagamos los platos rotos, pero de ahí en más, pulimos lo que pretendía el entrenador, más que nada, de la forma que quería que trabajáramos los partidos. Comenzamos a funcionar cada vez mejor. Con esto no estoy diciendo que estamos al cien por ciento, porque podemos progresar más aún".
Cuando "Nico" llegó a Defensor le faltaba bastante para estar en su mejor forma, pero ahora es otro jugador y él lo avala con su juego: "Estoy bien físicamente y fue importante la continuidad. Fue fundamental la pretemporada que hice. Al sentirme bien, lo otro apareció solo".
Como jugador experiente, "Nico" confiesa que habló con sus compañeros luego del triunfo (y eliminación) ante Vélez: "Más que nada les dije que estaba todo muy bien, que era disfrutable ese momento, pero no podíamos quedarnos con eso. Esto puede ser el comienzo de algo muy bueno para todos, hay que trabajar el doble para intentar ser mejores aún".
"Nico" también se refirió al presente nivel de la Copa Libertadores: "El gran tema es que hoy por hoy todo el mundo tiene su ilusión y aparecen equipos que quizás no tienen el rótulo de candidato, pero al ser muy competitivos, hacen que aquellos con más nombre, se vean en dificultades. El gran tema es que el objetivo de los jugadores es mostrarse para ser más conocidos y así poder emigrar al fútbol europeo. El nivel lo marca la competencia y se empareja hacia arriba".
Pero ¿qué diferencias hay de aquel "Nico" Olivera del Mundial de Malasia a este de hoy? Esboza una sonrisa pícara antes de responder: "Yo diría que la diferencia está solamente en la edad, por más que las personas, crecemos, maduramos y entendemos la vida de una forma u otra. Estuve 14 años jugando en equipos del exterior, tuve vivencias buenas y otras no tan buenas. Pero me sirvió para conocerme a mí mismo y poder entender lo que es bueno y malo para uno. Hoy le puedo aconsejar a un joven lo positivo, pero también le podría hablar de las malas experiencias, para que no cometa errores y elija el camino equivocado".
Su trayectoria:
"Jugué en Valencia, Sevilla, Valladolid, Córdoba, Albacete, Necaxa, Atlas, Veracruz, Puebla y América y siempre quise aprender lo máximo".
El reconocimiento:
"En el Sevilla estuve casi cinco años, donde incluso, fui capitán. Lo importante es que hasta el día de hoy la gente aún me recuerda, tengo amigos".
Flirteo con los grandes:
"Algunas veces, estando en el exterior, me llamaban y me comentaban que mi nombre sonaba en Nacional o en Peñarol, no pasó de ahí".
El amor por el club:
"Defensor es mi casa, fui muy claro ante los comentarios, lo lindo es que siempre tuve las puertas abiertas cuando pretendí regresar".
Voló sobre Nueva York en helicóptero
Al "Nico" le gusta viajar. Y lo confiesa: "Cuando cumplí los 30, me hice un regalo: me fui a Nueva York y me saqué el gusto de andar en helicóptero. Son los gustos que me puedo dar. No soy casado ni tengo pareja y en las vacaciones viajo cada vez que puedo. La última Navidad la pasé en México, donde fui de paseo por un par de semanas. Después regresé y me fui a Punta del Este a terminar el año, son pequeños regalos que me hago. Cuando viví en Europa, viajé bastante y disfruté".
"Podemos lograr algo importante"
Nicolás Olivera ya dio vuelta la hoja de la Copa y sólo piensa en la actividad local en donde Defensor da pelea en la Anual y en el Clausura. "Están dadas las condiciones para hacer algo grande si el equipo sigue jugando como lo está haciendo. Claro, los rivales también juegan y las canchas inciden. No lo voy a negar, podemos pelear por el Uruguayo. Lo único es que nosotros tenemos un gran desgaste de viajes y partidos, vamos a todos lados, y eso es lo complicado: ahora nos toca jugar ante Cerro en el Tróccoli".
Fuente: Ovación
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