martes, 21 de junio de 2011

Quién controla a los patovicas

La experiencia con los llamados “patovicas” o agentes privados de seguridad en locales nocturnos, dice que muchos de ellos son peor que perros rabiosos o robots programados para la destrucción de seres humanos. Su rutina de trabajo no se limita a permitir el acceso y retirar a alguien si hay problemas. Penosamente; hay demasiadas pruebas de que les gusta destrozar entre varios a una sola persona y al parecer esa es su mayor característica. No es la primera vez que un hombre resulta hospitalizado y con lesiones graves e irrecuperables debido a las horrendas golpizas propinadas por estos ensañados cobardes que además de la superioridad física notoria en la mayoría de los casos, son por lo menos tres o cuatro contra uno.

El asunto se agrava y a la orgía de violencia habitual se agrega el odio racial, tal fue el caso del nigeriano Tomy Daria en la discoteca céntrica Kalú, agredido por este tipo de “guardias” hace pocos días, hoy en riesgo de perder un ojo si ya no sucedió pues según relata, lo golpeaban salvajemente entre tres “hombres”, uno con una piña americana manifestándole la intención de dejarlo sin su órgano visual, al grito de “salí de acá negro de mierda”

Es hora de que alguien tome cuenta antes de que ocurra un asesinato.

Las autoridades correspondientes deben controlar las acciones de estos individuos con derecho a matar. La pregunta es quién vigila a los vigilantes que básicamente cumplirían tareas de control de admisión y permanencia en boliches nocturnos, actividad laboral que carece de marco regulatorio y que incluso debiera contar con capacitación y controles que brinden garantías a todos los involucrados a fin de evitar abusos reiterados, con las irreversibles y espantosas consecuencias a las que tristemente estamos acostumbrados. Que no se repita lo de Georginho Gularte que le deshicieron el cráneo a golpes y nunca hubo responsables.

Algo para tener en cuenta: El Gobierno bonaerense puso en vigencia el Registro de Controladores de Admisión y Permanencia, norma que rige el trabajo que realizan los custodios llamados "patovicas" en lugares nocturnos de esparcimiento. El objetivo del Registro, no solamente es el de cuidar a los jóvenes dentro del ámbito que hace a esta etapa de su vida, la de la recreación, la distracción dentro de los boliches, sino también cuidar a aquellos que los protegen, los responsables del derecho de admisión. Estos custodios no podrán portar armas ni trabajar bajo efectos de drogas o alcohol; para incorporarse a la actividad no deberán tener antecedentes penales ni pertenecer a ninguna fuerza de seguridad, estar física y psíquicamente capacitados y, necesariamente, deberán inscribirse en un registro público del personal de contralor, admisión y permanencia de los boliches que los dotará de una credencial identificatoria, además de la obligatoriedad de participar de cursos de capacitación.

A las minorías culturales nos cuesta acceder a mecanismos legales y a tribunales para defender nuestros derechos.

Lo que le sucedió al joven nigeriano fue extremadamente grave.

Reclamamos justicia.

Susana Andrade-Atabaque

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