viernes, 18 de septiembre de 2009

Literatura Francófona Africana: De la Negritude al Realismo















Léopold Sédar Senghor
Aimé Césaire
afrol News - La oleada de premios que han venido recibiendo los autores francófonos, tanto africanos como caribeños en los últimos años han situado a su literatura en plena actualidad mundial. Renovación es la principal tendencia que parecen que están siguiendo autores ahora tan reconocidos como Henri Lopès y Sony Labou Tansi, congoleños, Ahmadou Kourouma, de Costa de Marfil, Patrick Chamoiseau y Raphaël Confiant, de Martinica ó Maryse Condè, de Guadalupe, entre muchos otros que han surgido en los últimos años.

Una generación que ha dejado a un lado la influencia que produjo el fenómeno cultural conocido como Negritude, surgido en los años 30 y tan fundamental como controvertido en la cultura de la parte francófona del continente.

Negritude

Léopold Sédar Senghor, senegalés y Aimé Césaire, caribeño, fueron los creadores de Negritude. Senghor, poeta, filósofo, teórico y político fue presidente de Senegal (1960-1980) y está considerado ahora como el principal poeta del continente del s.XX. Nacido en 1906, de profundas creencias cristianas y educado en su propio país y luego en París, llegó a ser el primer africano con el título de doctor en Francia.

En 1928 se trasladó a París, donde empezó a escribir poesía sobre sus sentimientos como africano lejos de su patria y en medio de una sociedad en la que no se sentía integrado. Desarraigo y recuerdos nostálgicos de su infancia llenaban su poesía. En ese momento conoció al también poeta Césaire, compañero de estudios y a León Damas. Con ellos fundó la revista "El estudiante negro", en la que sentarán las bases de su concepto de Negritude. Con este término querían referirse a la cultura característica de todos los africanos y todos los miembros de la diáspora africana, incluídos también los que llevaron los europeos a América. Según sus propias palabras:

"No se puede negar que Negritude es una realidad, una cultura; es el conjunto de los valores económicos, políticos, intelectuales, morales, artísticos y sociales de no sólo la gente de África, sino también de las minorías de América, Asia y Oceanía."

Pensaban que todos podían estar orgullosos de su negritude, su desarrollo, su expresión y ofrecerla al mundo como parte de la herencia humana universal. Al mismo tiempo, ellos querían tomar lo mejor de la cultura europea, teniendo especial cuidado en "asimilar, no ser asimilados". Con ello, Senghor introdujo el concepto de Negro, al hablar de los valores culturales propios del mundo negro, en su intento de otorgarles su merecido reconocimiento frente a un mundo europeo que se encontraba en ese momento en plena ebullioción de las ideologías racistas.

Para Senghor, lo negro es intuitivo, mientras que lo europeo es más cartesiano. Dicha declaración sobre razón e intuición dió lugar a bastantes protestas y críticas hacia su ideología, con su consecuente debate sobre el tema. Entre otros, el propio Sartre, que colaboró con el grupo al escribir el prefacio de "Antología de la nueva poesía negra y malgache", llegó a declarar que Negritude era un "racismo antiracista". Afirmación que no sirvió mucho para aliviar una polémica, que ha continuado hasta nuestros días. Si se trataba o no de un movimiento racista a modo de respuesta a las ideologías europeas contemporáneas ha sido el tema de controversia de todo este tiempo, pero sin dejar nunca de olvidar que se ha tratado del género más rico de la literartura africana del pasado siglo, manteniéndose su influencia en todo el continente durante una época considerablemente importante. Concepto que ahora han roto radicalmente estos nuevos autores con nuevas formas de expresión.


Los herederos de Césaire en las Antillas

Buscar la "Criollidad" o calidad de criollo es la meta de esta nueva generación de escritores caribeños. No se consideran europeos, ni americanos, ni africanos, ni asiáticos, sino que son, se sienten y se proclaman criollos. Autores como Patrick Chamoiseau, Raphaël Confiant, Ernest Pépin ó Giséle Pineau se han consagrado ya durante los años 80 como escritores arraigados en la estética de la tradición oral criolla. En 1989 publicaron, a modo de manifiesto, "Elogio de la criollidad".

El propósito común de esta nueva generación es el de retratar por fin la relidad de la identidad caribeña, que Césaire hizo a través de sus ideas de negritude y por medio de un francés demasiado clásico que no resultaba apropiado para contar la realidad criolla. Al mismo tiempo, se trata de una generación que también ha tomado mayor contacto con el continente africano, viendo de cerca que la cultura criolla tampoco tiene tanto en común con la africana, como pensaron los intelectuales negros que se encontraban en París hace setenta años.

Para llevar a cabo este objetivo, se han visto en la obligación de crear un nuevo lenguaje, un lenguaje propio, aunque sin olvidar nunca las leyes de la correcta retórica francesa. Así, se han dejado influir por la tradición oral de los maestros cuentistas y por su particular entonación propia de los dialectos locales. Una mezcla con la que se consigue un lenguaje envolvente y seductor que ya Milan Kundera ha llamado "el francés chamoisisé" (de Chamoiseau, Francia).

Con todo ello, y a pesar de las diferentes convicciones políticas de estos autores, han creado una literatura caracterizada por una temática común. El eje central de sus obras es contar la grandeza y el orgullo con el que viven los pueblos humildes, con todas sus tradiciones y forma de vida en sus tristes y olvidados arrabales. Con sus personajes femeninos tan admirados por su fuerza, que viven entre el dolor y la alegría. Hablan con naturalidad sobre su oscuro pasado, recordando episodios como el de la trata o el esclavismo, al mismo tiempo que no olvidan su presente, para defender su desprestigiada identidad criolla y dejar a un lado esa incomprensible "francesidad" que se les ha otorgado de manera injusta.


Los herederos de Senghor en África

Con la misma temática que sus colegas caribeños y con semejante forma de expresión, la nueva generación de escritores africanos francófonos nos relatan la vida cotidiana de sus gentes con todas sus risas y llantos, y siempre acompañados de orgullo y esperanza. Sólo cabe señalar como diferencia en este grupo su ventaja temporal con respecto al grupo de las Antillas, ya que aquí se comenzó a experimentar ese cambio estilístico en los años 70, con "Los soles de las independencias", de Ahmadou Kourouma (Costa de Marfil). Con ella, Kourouma dió un gran paso al introducir en la lengua francesa la tonalidad y estructura típica de su lengua propia, el malinke.

El bilinguismo literario, que podemos ver ahora en África también es un motivo de discusión en estos momentos. Actualmente se está dando a conocer la literaratura de países excolonizados en la lengua de sus excolonistas. Pero se trata de un hecho importante que estos autores empiezen a narrarnos sus obras en un francés que ellos toman a su medida, transforman y utilizan para darnos a conocer unas obras que en su mayor parte están concebidas en su propia lengua africana. Y no sólo es importante, sino también infinitamente satisfactorio, que estén creando todo un nuevo tipo de lenguaje que envuelve al lector para tratar la vida cotidiana de África.

"Los honores perdidos", de la camerunesa Calixthe Beyala (Gran Premio de Novela de la Academia Francesa de 1996) nos habla del mundo de chabolas "construídas con los vómitos de la civilización", en un tono lleno de pesimismo, similar al utilizado por otros compañeros como el congolés Daniel Biyaoula en "Callejón sin salida" (1996). Pero aunque se trate de un tono pesimista generalizado en este grupo de escritores, al mismo tiempo encontramos miradas esperanzadoras como en "La casa que caminaba hacia el océano", de Carl de Souza (Isla Mauricio) en la que se presenta África como la mezcla de pueblos y culturas que siempre fue y con un punto de vista optimista respecto al futuro. Toda una literaratura llena de imaginación y transmitida por medio de una nueva forma de utilizar y adaptar el francés a su medida. Una asimilación que quizás nos podría recordar aquel deseo de los fundadores de negritude de "asimilar y no ser asimilados", y que parece que esta nueva generación de escritores ha sabido hacer con habilidad.

Títulos Recomendados de Senghor:

- Les classes nominales en wolof et les substantifs à initiale nasale, 1944.
- L'article conjoctif en wolof, 1945.
- L'harmonie vocalique en sérère, 1945.
- Chants d'ombre, 1945.
- Hosties Noires, 1948.
- Anthologie de la nouvelle poésie et malgache (con prefacio de Jean-Paul Sartre), 1948
- Chants pour Naët, 1949.
- L'Apport de la poésie négre, 1953.
- La belle historie de Leuk-le-lièvre, 1953.
- Langage et poésie négro-africaine, 1954.
- Esthéthique négro-africain, 1956.
- Éthiopiques, 1956.
- African Socialism, 1959.
- Nocturnes, 1961.
- La dialectique du nom-verbe en wolof, 1961.
- Liberté I: Négritude et humanisme, 1964.
- Poèmes, 1964.
- Liberté II: Nation et voie africaine du socialism, 1971.
- Lettres d'hivernage, 1973.
- Liberté III: Negritude et civilisatiion de l'universel, 1977.
- Elégies majeures, 1979.
- La poésie de l'action, 1980.
- Liberté IV: Socialisme et planification, 1983.
- Discours de réception à l'Académie française, 1984.
- Poémes, 1984.
- Ce que crois, 1988.
- Oeuvre poétique, 1990.
- Liberté V: Le Dialogue des cultures, 1993.

Títulos seleccionados de literarutura africana contemporánea:

- Antología de la literatura guineana, de Donato Ndongo. Editorial nacional, Madrid, 1984.
- Ekomo, de María Nsue Angüe. UNED, Madrid, 1985.
- El niño africano, de Cámara Laye. Mundo Negro, Madrid, 1985.
- Todo se derrumba, de Chinua Achebe. Alfagara, Madrid, 1986.
- Lettre Ouverte aux Camerounais ou La Deuxième Mort de Ruben Um Nyobe, de Mongo Beti. Edición de Peupes Noirs, Ruán, 1986.
- Los soles de las independencias, de Ahmadou Kourouma. Editorial Alfagara, Madrid, 1986.
- Los intérpretes, de Wole Soyinka. Plaza y Janés, Madrid, 1987.
- Jagua Nana, de Cyprian Ekwensi. Editorial Martínez Roca, Barcelona, 1989.
- Mi vida en la maleza de los fantasmas, de Amós Tutuola. Ed. Siruela, Madrid, 1990.
- Mayombé, de Pepetela. Ed. Txalaparta, Tafalla, Navarra, 1991.
- Un touareg s'est marié à une Pygmée: épopée m'vet pour une Afrique présente. Editions Lansman. Carnières Bélgica, 1992.
- La gente de July, de Nadime Gordimer. Salvat Editores, Barcelona, 1994.
- El diablo en la cruz, de Wa Thiongo Ngugi. Ed. Txalaparta, Tafalla, Navarra, 1994.
- Aube Africaine, de F. Keita. Présence Africaine, París, 1995.
- Llámame mujer, de E. Kuzwayo. Ed. Horas y horas, Madrid, 1996.


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