Estamos acostumbrados, lamentablemente, a noticias sobre naufragios de pateras en nuestras costas, a patrulleras que milagrosamente rescatan barcas a la deriva, a emigrantes que se juegan la vida en un bote hinchable a cambio de un futuro incierto… Por otro lado, tenemos a los africanos que destacan en algún deporte (atletismo, fútbol, baloncesto, etc) que llegan a Europa en primera clase, unos se establecen en el viejo continente y olvidan sus raíces, otros tratan de ayudar a los que dejaron atrás y, aparte, tenemos el caso del Frederick Oumar Kanouté.
Kanouté (Sainte-Foy-Les-Lyon, 1977) es jugador del Sevilla F.C. desde 2005. Un excelente delantero, con mucha clase y pegada, que ha vivido la época más exitosa del club sevillista. Hasta aquí nada raro, entonces ¿qué tiene de especial el caso de Kanouté?
Su humanidad le ha llevado a desandar el camino de sus antepasados.
Nacido francés, hijo de un obrero de la construcción malí y de una profesora de filosofía francesa, decidió nacionalizarse malí y ayudar a los más necesitados del país que un día su padre tuvo que abandonar. Preside la Fundación Kanouté que ha puesto en marcha la iniciativa “La ciudad de los niños” en Mali, cuyos servicios e instalaciones van destinados a los niños huérfanos y desvalidos.
Pero no queda aquí la cosa, su creencias religiosas, profesa el Islam, también le han llevado a luchar por la causa Palestina:
fue sancionado con una multa de 3.000 euros por el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol, a raíz de mostrar una camiseta con el lema ‘Palestina’ en el encuentro de Copa del Rey disputado contra el Deportivo de La Coruña en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán (abc)
Y si queréis una frase para el recuerdo (el país): |
A veces me avergüenzo de todo lo que tenemos.
Fuente: http://historiasdelahistoria.com / http://perspectivaafrodescendiente.wordpress.com
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