El investigador e historiador Oscar Montaño siempre es una fuente rica de información, por las múltiples actividades que desarrolla en favor de la cultura, exaltando particularmente el gran aporte que en ese sentido ha realizado a lo largo del tiempo la comunidad afrouruguaya. La pasada semana participó en el Parlamento Nacional en el homenaje realizado a Nelson Mandela, al cumplir sus 94 años de edad. Este reconocimiento se lleva a cabo a más de veinte años de su libro “Sudáfrica, entre el apartheid y Nelson Mandela”, en un acontecimiento de singular significación personal. Oscar Montaño acaba de regresar de Cuba donde se especializa en temas vinculados a la cultura afro, al tiempo de estar trabajando en la profundización del hermanamiento con la Trinidad de aquel país. Pero además su producción Batuque de Candombe participará en el Festival Latinoamericano de Padua, en Italia, lo que le exige más responsabilidades en el área de audiovisuales. Sobre estos temas circuló la entrevista con ECOS REGIONALES.
-Asumo este presente con alegría pues continúo con las producciones audiovisuales; el documental Batuque de Candombe está ahora invitado a participar en el Festival Latinoamericano en Padua, Italia, que va a desarrollarse en noviembre. Estamos afinando bien el material para mandarlo con las reformas que quería hacerle, cosa que me tiene muy motivado.
Por otro lado sigo escribiendo, ahora con el tomo dos del libro Trinidad de los Porongos, de su nacimiento a la actualidad que la idea es sacarlo para el mes de abril del año próximo.
También estoy encarando la cuarta edición de la Historia Afrouruguaya, lo que para mí es increíble. Con la propuesta de parte del MIDES y de la casa de la Cultura Afrouruguaya de hacer dos mil ejemplares, mil de los cuales van a ser obsequiados a las escuelas públicas tal como lo propuse. En cada presentación del libro, quedarán algunos ejemplares en las escuelas a los efectos que las maestras tengan material de consulta de un tema que sabemos no es sencillo encontrar información.
-¿En qué nivel está el trabajo de hermandad con Trinidad de Cuba?
-Sobre eso estamos trabajando con un grupo de personas de Trinidad en la organización de una comisión. Esa Comisión de Hermandad va a ver la luz esta semana, por lo que desde ya estamos convocando a las trinitarias y trinitarios que se quieran plegar a ese grupo.En Trinidad de Cuba nos están esperando con los brazos abiertos.
Debo decir que cada vez que voy a Cuba trato de hacer varias cosas. Sigo con el tema de mi especialización en la Universidad de La Habana sobre Culturas Africanas y Afroamericanas, con la Dra. Digna Castañeda y Dr. Esteban Morales.
A su vez tenía la invitación para presentar mi trabajo bibliográfico y sobre todo de Historia Afrouruguaya en el Festival de El Caribe en Santiago (en el otro extremo de Cuba). Pero entre La Habana y Santiago está Trinidad, y quería ir allí para seguir ultimando los detalles de la hermandad.
Ha habido cambios, algunas de las personas con quien traté en el 2010 no están en los cargos, por ejemplo en el área deportes hay nuevos responsables pero igualmente continúan con el interés de hacer el intercambio con nuestra Trinidad. Allá hay una avidez por el tema del fútbol, conocen lo de Uruguay pero no hay balones de fútbol para jugar ni indumentaria para ese deporte.
Me pasó en La Habana, que gente hija de uruguayos que están residiendo en Cuba me pidió balones de fútbol porque en ese lugar no hay tanto hábito de jugar en el campito, sino que lo hacen en las calles. Hacen un tipo de fútbol callejero y se da la paradoja que periodistas deportivos estén alzando su voz porque el fútbol le está ganando en popularidad “a la pelota”, como llaman ellos al beisbol que es el deporte nacional de Cuba.
Por ese lado hay un campo para intercambiar, y en lo cultural están esperando que vayan nuestros artistas, teatreros. Se puede hacer un paralelismo con nuestra Casa de la Cultura porque se enseñan similares artes.
-¿Cuándo parte el grupo de “porongueros” hacia Trinidad de Cuba?
-Está previsto para diciembre, lo paso como adelanto porque seguramente los compañeros no me van a decir nada que estoy informando sobre ello. Hay un grupo de unas diez personas, entre ellos Mary y Ana Aljas, Anne Marie Fonseca, Diego Irazábal, Jorge Brun, Guzmán Pedreira, Daniel Correa, Germán Barrios, Nélida Núñez, que estamos interesados en armar esa Comisión de Hermandad.
Cualquier personas puede integrar esa Comisión porque acá no hay ningún asunto político ni comercial, cada uno se va a pagar su pasaje.
-¿Cuál es la agenda de Oscar Montaño respecto a su producción histórica?
-Me he dividido por días; es decir, los lunes y viernes estoy en Casa de la Cultura Afrouruguaya; martes y miércoles estoy aquí en Trinidad para abordar los temas de investigación y por ahí –mientras estoy en Montevideo- trato de avanzar. Pero a su vez estoy haciendo un relevamiento en las capillas e iglesias del Interior para el Tomo II de Historia Afrouruguaya que estamos preparando, pero pensando en el año próximo.
A uno le gustaría tener un poco más de tiempo, pero igualmente estoy tratando que hacer todo con mesura. El cuerpo siempre da mensajes y uno tiene que atenderlo… he aprendido a respetar esos llamamientos que me hace.
-¿Te sientes reconocido por tu pueblo?
-No sé a qué le llamamos reconocimiento, porque quien me conoce de toda la vida sabe que no me gustan mucho esas cosas. Me he sentido muy bien con el reconocimiento realizado por la Junta Departamental; el planteo de Ana Calzada fue respaldado por el resto de los ediles y eso va de la mano con lo que uno viene haciendo en las escuelas con las maestras y en otros centros estudios con los demás docentes del departamento.
Por ese lado como que hay un paralelismo, porque me siento muy bien trabajando en ese sentido; Ana Calzada y otros compañeros ediles creyeron que era el momento de hacerme ese reconocimiento que para mí es estimulante, porque quiere decir que uno está en el camino correcto, más allá que como cualquier persona uno tiene errores e equivocaciones.
Ahora que estoy más maduro trato de hacer las cosas más mesuradamente, con tranquilidad y pensándolo varias veces.
-Siempre fuiste un entusiasta impulsor de que las investigaciones realizadas con tanto esfuerzo sean aprovechadas en los centros educativos. Esa es otra forma de reconocimiento, el que no ha sido cumplido tal como son tus aspiraciones. ¿Es así?
-Ese camino que es largo, se está haciendo demasiado largo. Hace muchos años que hablamos del Ministerio de Educación y Cultura y de mis investigaciones con respecto al aporte africano, y eso está teniendo un debe. Lo marcábamos días pasados en el homenaje a Mandela, aprovechando esa circunstancia para hacer nuestras reivindicaciones como colectivo y afortundamante había legisladores tanto blancos como frenteamplistas, quienes nos saludaron después y nos felicitaron porque admitieron que estaba bueno que se dijeran esas cosas en ese lugar.En el Parlamento Nacional están los representantes del pueblo y allí se está estudiando la Ley de Acciones Afirmativas que busca reparar las injusticias pasadas. Porque si hoy hay una población afrodescendiente que en su 85 y pico por ciento está en la línea de pobreza, y aún bajo la línea de pobreza. Eso no es una casualidad, sino que es una consecuencia de lo que pasó hace 150 años con el tema de la esclavitud.
Eso pasó hace 150, 160 o 170 años y aún hoy se siguen dando las consecuencias. Efectivamente, es así, porque el Estado uruguayo en todo este siglo y pico no tomó los debidos recaudos y consideraciones para una población que está en condiciones de servidumbre, y que no pudo obtener nunca una educación. Porque la gente esclavizada no podía estudiar pero tenía que trabajar para poder comer.
Hoy eso ha cambiado, pero no ha cambiado el hecho que muy similares tareas siguen haciéndolas los descendientes de aquellos, es decir, las tareas de limpieza. Eso todavía se ve en barrios acomodados de Montevideo, gente afrodescendiente vestida a la usanza de aquellos tiempos porque se les exige que tengan esa vestimenta.
Siguen habiendo muy pocas personas afrodescendientes profesionales o ejecutivos, aunque con este gobierno ha cambiado un poco. Hay variaos compañeros, hermanos y hermanas que están en lugares de dirección, pero eso se da por méritos personales. No es que haya cambiado la situación del colectivo.
Entonces, lo que estamos buscando en este momento, planteándole a los legisladores es que apoyen esa ley que lo que va a hacer es que nuestros hijos van a tener otro tipo de posibilidades, porque van a contar con porcentajes para poder acceder a un empleo digno ya sea público o privado.
-¿Qué te dejó el homenaje a Nelson Mandela al cumplir sus 94 años de edad, realizado en el anexo del Palacio?
-Estamos agradecidos con el Parlamento que se vistió de gala, porque más allá de lo que se habló, también se cantó y se intercambió. Estuvo el coro Afrogama actuando brillantemente y los legisladores que hablaron reconocieron que no todo está bien y que hay cosas que faltan por hacer.
-¿Cómo defines a Mandela?
-Es un hombre impresionante que ha sufrido demasiado, porque en sus 94 años y después de la cárcel perdió a su único hijo varón por Sida, y luego durante el Mundial de Fútbol murió uno de sus nietos en un accidente.
Lo bueno es que está vivo un hombre golpeado, castigado por la cárcel durante 28 años, donde no vivió en la mejor condición. Mandela sigue dando muestras de entereza, de dignidad, de combatividad aún con esa edad tan longeva.
Lo único que puedo decir es que viva mucho más, pero lo que más queremos es que sus ejemplos, lo que él dijo y pregonó, se lleve a cabo en Sudáfrica porque Mandela dio muestras de algo increíble. Pudo ser reelecto Presidente, porque había sido elegido por una mayoría aplastante de votos, pero decidió dar paso a las generaciones jóvenes para que se encargaran del futuro de Sudáfrica, en otro gran ejemplo para el mundo.
-¿Qué le corregirías o agregarías hoy a tu libro “Sudáfrica, entre el Apartheid y Nelson Mandela” editado en el año 1991?
-Tenemos una propuesta de reedición de Casa de la Cultura Afrouruguaya y diría que no habría que tocar lo que allí está escrito. Obviamente que me gustaría releerlo para hacerle algunos ajustes, pero nada más.
¿Por qué no tocarlo?, porque en realidad lo que más me interesaba en esa época era reflejar el pensamiento y el accionar de Mandela durante los años anteriores a la cárcel, porque después, durante su encarcelamiento, se supo muy poco de él. Fue difícil conocer sus vivencias porque obviamente no le servía al régimen del apartheid.
En lo que me gustaría ahondar más es en el análisis de esos documentos que escribió Mandela en el año 53 y 57, donde atacaba al imperialismo norteamericano y veía que el racismo en Sudáfrica estaba apadrinado por grandes empresas trasnacionales norteamericanas, alemanas, europeas en general y sobre todo británicas, y también australianas. Es decir, había mucho interés que el sistema del apartheid siguiera porque daba muchos dividendos económicos.
Eso lo planteo en el libro y recuerdo que fue muy bien reconocido por mi amigo Martín Arregui en su momento, de la misma manera que me emociono cuando evoco aquel acto del año 91 en El Cabildo donde estuvo Cacho Lavandera, como sucedió la semana pasada en el Palacio donde cantó No podrán Mandela.
Fue una suma de emociones.
(Vía: http://www.ecosregionales.net/?edicion=1688¬icia=19988 )
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