lunes, 20 de agosto de 2012

Tras la masacre, minera sudafricana amenaza despedir a los huelguistas


44 muertos

Tres días después de la masacre en la mina sudafricana de Marikana, la empresa a cargo de su explotación, Lonmin, amenazó el domingo con despedir a los huelguistas que no retomen el trabajo el lunes, pero la mayoría de los mineros rechazó el ultimátum y sigue pidiendo un aumento de sueldo.





Diez personas, entre ellas dos policías, murieron entre el 10 y el 12 de agosto en enfrentamientos entre sindicatos, y el jueves la policía mató a 34 mineros e hirió a otros 78. El presidente, Jacob Zuma, anunció una semana de duelo nacional a partir del lunes en honor de las 44 víctimas de la mina de platino.

Tras la tragedia, este domingo la empresa británica Lonmin instó a los obreros a reanudar el trabajo el lunes.

“El ultimátum final ha sido aplazado hasta el lunes 20 tras los acontecimientos del jueves”, dijo Gillian Findlay, portavoz de Lonmin en un correo electrónico enviado a la AFP.

Los trabajadores en huelga ilegal para reclamar aumentos salariales tienen “una última oportunidad de reanudar el trabajo o enfrentarse a un posible despido”, reza la misiva de la empresa.

Al ser interrogados en la mañana del domingo por la AFP, los mineros parecían dispuestos en su mayoría a rechazar este ultimátum, mientras la dirección de la mina no acceda a sus reivindicaciones salariales.

“Yo no vuelvo al trabajo. ¿Dónde está el dinero?”, se pregunta David Sikonyela, un minero de 52 años, al conocer el ultimátum.

“Esperar que volvamos a trabajar es un insulto, muchos de nuestros amigos y colegas están muertos. ¿Esperan que reanudemos el trabajo? ¡Jamás!”, dijo Zachariah Mbewu.

“De todos modos, es mejor que nos echen, porque aquí sufrimos. Nuestras vidas no van a cambiar. A Lonmin le da igual nuestro bienestar, hasta ahora se ha negado a hablar con nosotros y ha enviado a la policía para matarnos”, añade furioso Thapelo Modima, de 46 años.

Los mineros, que ganan al mes una media de 4.000 rands (unos 480 dólares), piden 12.500 rands (USD 1.500).

Al decretar siete días de duelo nacional, el presidente sudafricano Jacob Zuma dijo este domingo que “la nación está conmocionada y apenada”, y llamó a “unirse contra la violencia” y a “reafirmar la fe en la paz, la estabilidad y el orden”.

La presidencia indicó igualmente que el jueves 23 de agosto será el día oficial para las ceremonias conmemorativas previstas en el país.

En el mismo comunicado, Zuma anunció la composición de la comisión interministerial encargada de investigar la tragedia.

Antes del anuncio del duelo, se multiplicaron los comentarios políticos contra el jefe de Estado, acusado de haber mostrado una actitud pasiva durante toda la crisis.

La estrella de los diarios de este domingo era el joven populista Julius Malema, que salió del anonimato político en que se encontraba tras ser excluido en abril del gobernante ANC por sus reiteradas provocaciones.

El sábado, el ex líder de las juventudes del Congreso Nacional Africano fue a visitar a los mineros. Acusó al presidente Zuma de ser responsable de la masacre y le pidió que presente su dimisión.

“Zuma no se interesa por los mineros. Ayer (viernes) vino aquí y se reunió con los blancos. Ni siquiera sabe si los mineros están sanos y salvos”, dijo a los huelguistas.

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